A pesar de “covides”, confinamientos, y otras vainas que tenemos que soportar, la Pachamama (la madre naturaleza para los no andinos) sigue su curso y en nuestra comarca podemos disfrutar de los clásicos otoñales:

Bajo la vigilancia de nuestro monasterio, las nubes van dejando agua…
… que, esperamos, vuelva a llenar nuestro embalse.
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